La tercera temporada de ‘Westworld’ nos devolvió la fe
Si algo nos enseñó la tercera temporada de Westworld es que nunca podemos subestimar a HBO o a Jonathan Nolan. Si bien, no fue una entrega maravillosa como la primera, logró reinventarse, nos regaló momentos inolvidables y el balance general resultó satisfactorio. Aquí te daremos tres razones para que te enganches de nuevo a Westworld o, para que comienzas a verla, según sea el caso.
¿De qué va ‘Westworld’?
Distintos androides con apariencia humana se desempeñan como anfitriones de un parque temático. Los visitantes utilizarán a estos, una y otra vez, para satisfacer sus deseos, sin importar la naturaleza de los mismos.
¿Por qué recomendamos la tercera temporada de ‘Westworld’?
Esta entrega se desarrolla en un escenario distinto, está llena de acción y el cyberpunk goza de una influencia notable; pero la serie conserva gran parte de su esencia: su estética y banda sonora siguen siendo impecables y también destaca en otros apartados.
A continuación los elementos más relevantes de la tercera temporada de Westworld:
1- Actuaciones de primer nivel
Cinco personajes resaltan en esta entrega: Dolores (Evan Rachel Woods), Maeve (Thandie Newton), William (Ed Harris), Caleb (Aaron Paul) y el personaje interpretado por Tessa Thompson, al que llamaremos, para evitar spoilers, No-Charlotte.
William
Aunque tuvo menor participación, protagonizó grandes momentos. Su psique fue objeto de estudio, para ello se usaron herramientas tradicionales, pero también métodos insospechados. Además, nos regaló frases para el recuerdo como, por ejemplo:
«La humanidad es una fina capa de bacteria (…) al servicio del caos. Somos gusanos devorando un cadáver».
Caleb
Creció con el paso de los episodios hasta convertirse en uno de los protagonistas de la temporada. Destacó por sus convicciones y por sus principios innegociables, características que no abundan en los seres humanos, como lo plantea una premisa de la serie:
«Toda relación humana puede ser ajustada con la suma indicada de dinero».
Dolores y Meave
Como siempre, fueron vitales en la historia. Protagonizaron un par de enfrentamientos memorables y nos regalaron frases para el recuerdo. No imaginamos Westworld sin ellas y ojalá no tengamos que hacerlo.
Maeve es implacable, pero esto no le impide «sentir afecto por las causas perdidas». Reencontrarse con su hija es su mayor motivación; lograrlo, incluso para ella, luce cuesta arriba.
Dolores es capaz de ver «la belleza del mundo» a pesar de las circunstancias; pero esto no limita su lucidez, ni su determinación. Tiene un plan y no cederá hasta llevarlo a cabo. Se siente única por ser la primera de su especie: «Todos son copias de mí. A todos ustedes los fabricaron a partir de mí», le dijo a Maeve en uno de sus enfrentamientos.
No-Charlotte
Tessa Thompson es capaz de manifestar personalidades tan distintas como sólidas. A veces luce confundida y otras veces intimidante, pero nunca gris o inoportuna. Lo cierto es que encontró un lugar relevante en esta temporada y es posible que siga transcendiendo.
2- Se reinventó sin abandonar su complejidad
Si bien esta temporada tiene más acción que el resto, su capacidad para invitarnos a la reflexión y para plantear interrogantes complejas sigue intacta. Cuestiona conceptos como el de libertad y poder, aborda de forma efectiva distintos sentimientos y emociones, y se adentra en la mente humana y el razonamiento androide.
El escenario es un mundo controlado por la tecnología, donde los seres humanos se ven amenazados por una especie superior que, en esta entrega, tiene un poco de Terminator, Matrix y Blade Runner, claro está, sin perder la voz propia.
3- Giros inesperados y revelaciones
La capacidad para sorprender es otro de los elementos que nunca se ausenta en Westworld. Sus episodios darán lugar a diferentes interrogantes y las respuestas serán tan creativas como inesperadas.
Por supuesto, esta producción no responde directamente todo lo que plantea, a veces lo insinúa o lo deja a criterio del espectador. En otras palabras, Westworld es inteligente, impredecible y sugerente. No es para todo el mundo, pero es una serie de primer nivel.
En fin, la tercera temporada de Westworld no ha alcanzado el nivel de la primera, pero funciona mucho mejor que la segunda y nos brindó escenas memorables. Sus seguidores pueden ser optimistas de cara al futuro.
Si quieres ver otras series tan complejas como esta, tenemos un par de recomendaciones para ti.
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