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La librería que clasifica los libros según las emociones

La literatura tiene carácter universal, entre otras cosas, por su capacidad para expresar lo más complejo e íntimo de la naturaleza humana. Elena Molini, propietaria de una librería en Florencia, lo sabe, y ha hecho de esto un negocio atractivo y rentable. La Piccola Farmacia Letteraria (pequeña farmacia literaria) es una librería que clasifica los libros según las emociones y sentimientos; lo que en palabras de la propietaria: orienta al lector en un mundo donde la producción literaria es vasta.

Fuente: LA NACION

El trabajo en conjunto

Elena Molini ha tenido éxito con esta librería porque se ha tomado la tarea de clasificar los libros según las emociones con seriedad: para ello no es suficiente su perspectiva, también cuenta con el respaldo de un par de psicólogas que utilizan su conocimiento para crear las diferentes categorías (más de 30).

Fuente: https://www.instagram.com/piccolafarmacialetteraria

El amor presente en la librería que clasifica los libros según las emociones

En la entrada de la librería hay un cartel con una leyenda, así los clientes evitan confusiones, además, las emociones están asociadas a colores en particular para facilitar su identificación. Por supuesto, los libros más buscados son aquellos agrupados en la categoría “amor”.

Los lectores con problemas amorosos abundan (amor no correspondido, para ser más precisos), para ellos, entre las opciones destacan: Alta fidelidad, de Nick Hornby, Travesuras de la niña mala de Mario Vargas Llosa y El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez. Este último también forma parte de la categoría “soledad”.

Crédito: ELENA MOLINI

La lectura como respuesta ante algunas aflicciones

Elena Molini afirma que “Los libros son útiles para reflexionar. Se puede empatizar con los protagonistas y, por qué no, lograr cambiar un poco nuestro modo de vivir las cosas». Por ello cree que la lectura puede ser una respuesta a algunas aflicciones propias de la existencia humana. Y los resultados la respaldan, el negocio ha prosperado más de lo que su dueña esperaba. Esta asegura que recibe visitas de todas partes del mundo y que sus clientes siempre quedan satisfechos. Nunca ninguno le ha comentado algo negativo del servicio prestado.

Molini también cree que “La literatura puede ser útil porque en los libros encontramos situaciones que vivimos en la vida real”. Lo cierto es que su negocio no solo le ha brindado estabilidad económica, sino también otro tipo de satisfacciones que, al igual que sus libros, pudieran clasificarse con colores, todos estos con connotaciones positivas.

En fin, la librería que clasifica los libros según las emociones y sentimientos llegó para quedarse. Si vas a Florencia, no olvides pasar por allí.

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